viernes, 11 de marzo de 2016
No es tuya, no, la mano que te mueve
la que pinta el universo,
la de la libido y la flor.
No es tuyo el don de la lluvia
ni la magia del sol
ni los océanos ni los puertos
ni las estrellas, ni el tiempo
ni tus propios hijos, ni vos.
No es tuyo el instante
en que te sientes morir o vivir.
Hombre, de una vez
entiende que no eres más que un hombre.
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