lunes, 14 de marzo de 2016
Me gusta esa entrepierna del mundo,
tibia y asexuada,
donde el amor se hace
en la belleza de las cosas simples y
en el Don Juan de cada hombre.
La pasión inorgánica,
el erotismo de la flor,
la sensualidad fortuita de la luna,
la virilidad del viento
y lo femenino de la lluvia,
los cuerpos: sin más contacto
que la íntima distancia
de las despedidas...
La fragilidad del amor.
tibia y asexuada,
donde el amor se hace
en la belleza de las cosas simples y
en el Don Juan de cada hombre.
La pasión inorgánica,
el erotismo de la flor,
la sensualidad fortuita de la luna,
la virilidad del viento
y lo femenino de la lluvia,
los cuerpos: sin más contacto
que la íntima distancia
de las despedidas...
La fragilidad del amor.
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